domingo, 17 de abril de 2011
Aurea
admito que ahora lo veo y le sigue faltando algo... quizas dentro de 6 o 7 años vuelva hacer una tercera versión... click sobre la imagen si quieren verlo mas grande!
viernes, 15 de abril de 2011
Tormenta
Tuve 2 etapas en que se me dió por escribir cuentos, una fue a los 18 años, y esos cuentos los tenia en un cuaderno que perdí, y la otra fue hace un par de años, este cuento es el primero de la segunda etapa, no es de los mejorcitos pero igual espero les guste...
Tormenta
Un bache lo despierta y mira sobresaltado alrededor mientras que un viejo parado a su lado con una boina graciosa le clava sus ojos pensando en que ya se baja.
"Me volví a dormir en el colectivo", pensó, el paisaje es conocido… quiere decir que no se pasó y que tendría que desilusionar la mirada del viejo.
Se acomoda apoyando la cabeza en el vidrio empañado y lee los graffitis del asiento frente a él. Uno de ellos le hace recordar una charla de desvelo con ella. “¿Qué estará haciendo en este momento? ¿También tendrá cosas que le recuerden a mí?” Siempre pensaba en eso.
Cambió la vista hacia la calle. Todo se ve gris, parece que había llovido y el asfalto reflejaba el brillo de los postes de luz… Dicen que la belleza esta en los ojos de quien mira, y hacia tiempo que veía al mundo gris y sin sentido, se sentía como un invitado no deseado que desde el momento que entra, todos están esperando que se vaya así continúan con sus asuntos.
Cierra los ojos nuevamente y dibuja con su mente el rostro sonriente que siempre quiso contemplar en persona y que el destino todavía no quiso que sucediera. Los abre y por la ventanilla parece ver algo distinto, algo de color que le llama la atención, se acomoda bien en el asiento y mira mejor pero no, todo seguía igual… gris y húmedo.
El colectivo dobla una cuadra después del cruce del tren y esa es señal de que debe pararse, nunca podía recordar la parada en la que tenia que bajar y siempre hacia sonar el timbre a último momento, desesperando a la gente detrás suyo que sí saben que deben bajar ahí.
Caminando con las manos en sus bolsillos y con el frío de la noche empujándolo, llega a destino. Como siempre los perros le ladran, él los ignora… Sube a su habitación y deja la mochila sobre la cama deshecha, prende la radio aunque nunca le preste atención… necesita darle un poco de vida a ese solitario lugar.
Tirado en la cama y mirando fijamente el reloj de pared, esperando que el segundero de una vuelta más. Su celular suena a todo volumen… Deja sonarlo un par de veces y se levanta a atenderlo, su cara cambió al leer el nombre en la pantalla del teléfono… cualquiera que lo conociera un poco sabría que esa sonrisa solo la hace cuando habla de ella o la recuerda de algún modo. Sin embargo, no atiende, hoy su humor era pésimo y no quería complicarle el día a nadie, ni siquiera a ella que siempre estuvo en todo momento.
Sus perros que estaban acostados en su cama, levantan la cabeza y salen corriendo hacia la puerta, medio minuto después suena el timbre. Era ella
Dejándola pasar le dice:
-Tengo un mal día-
Ella lo abraza y un suave calor recorre por su cuerpo… al sentir el olor de su pelo y escuchar su voz todo fue mas claro…
La tormenta había pasado… el arco iris esta saliendo