miércoles, 18 de agosto de 2010

Ruleta Rusa

Bueno les dejo este cuento, es bastante larguito.. asi que espero se tomen el tiempo de leerlo!

Ruleta Rusa

¿Cuanto vale una vida? Dicen que la vida humana no tiene precio, sin embargo acabo de gastar 3 dolares en una bala, que pienso utilizar para quitar una vida humana, aunque todavia no esta decidido la de quien.
Anochece mientras camino rumbo a mi hogar, es invierno y las calles estan desiertas, en esta época del ano la gente desaparece junto con el sol y todos se sienten mas seguros estando en su casa. Alli es a donde me dirijo, a casa. Sigo pensando en la bala, 3 dolares me parece muy cara para ser una simple bala, teniendo en cuenta que la caja de balas sale 15 dolares, pero en fin, solo necesitaba una.
Doblo la esquina y en la puerta de mi casa veo a un sujeto calvo, vestido con un traje negro, camisa blanca con el cuello abierto y sin corbata, esta esperandome, como estaba planeado. Sin saludos ni gestos, lo hago pasar,lo llevo hacia la cocina y lo invito a sentarse. El no quita su vista de mi, no puede evitar mirarme con rabia, como si en cualquier segundo me lanzará un golpe.
Me siento frente a él y lo miro a los ojos. Durante casi 30 segundos nos quedamos mirando sin emitir un solo sonido, solo se escucha el ruido de la canilla goteando sobre una cacerola sin lavar.

-Quiere tomar algo?- Le digo

-Quiero que me digas porque lo hiciste. Eh? Te gusto? Lo volverias a hacer si yo no me hubiera enterado?- Me dice mientras golpea la mesa con el puño y enojandose aun mas.

-No sabia que ella era casada. No hay un motivo en especial y no nos conocemos, asi que sabras que no es por venganza. Simplemente las cosas se dieron asi.- Le Digo

-Mentira! Te voy a matar!- Me grita parandose de golpe y tirando la silla al piso.

-Mira, es simple. La conoci, nos gustamos y tuvimos sexo, nada mas. Fue cosa del destino. Igual hay cosas peores que la infidelidad. Quien cree en la fidelidad en estos tiempos? Seguramente vos le habras sido infiel alguna que otra vez. – Le digo

- Vos no me conoces, ni yo a vos. Asi que no tengo porque creerte, solo se que si no hubiera contratado a alguien para que la siga. Podrian haberse acostado cien veces mas y yo seria el rey de los cornudos. Y no creo en eso del destino, uno se hace su propio camino y decide que le toca y que no! - me dice sentandose de nuevo en la silla y empezando a transpirar.

- Es verdad que no nos habiamos visto jamas, pero… Ser infiel acaso es mejor o peor que espiar a tu mujer? Quien decide que pecado es peor? –Le digo.

- Yo decido! La espie porque ella me dio motivos para hacerlo! No fue tan simple como lo haces parecer, vos mereces morir por lo que hiciste! – Me dice muy enojado y con un tic nervioso que le hace guinar y vibrar el ojo derecho.

- Mira, yo puedo contarte como paso todo, con lujo de detalles, y puedo demostrarte que el destino no me juzga distinto a vos. – le digo poniendome de pie y caminando hacia mi habitacion

- De que me hablas?- me pregunta indignado

- Esperame – le digo

Me dirijo hacia mi habitacion y 2 minutos despues vuelvo a la cocina con un arma en la mano. La apoyo suavemente delante de el

- Alguna vez jugaste a la ruleta rusa? Le pregunto

- No – me dice tomando el arma con cautela, observandola y dejandola nuevamente sobre la mesa.

- Ya note que te crees mejor persona que yo y pensas que el destino no nos juzga por las cosas que hacemos. Este juego es simple: -le digo mientras abro la rueda y la hago girar- se gira la rueda con una sola bala dentro del arma. Yo confieso algo malo, que hice en mi vida, pongo el
arma sobre mi sien y gatillo. Si el destino decide que lo que cuento merece la muerte, el arma se dispara y tenias razon. Pero si no es asi, si no merecia morir por esa confesion, es turno de que vos me cuentes tu pecado y gatillas. Pueden ser seis confesiones, cinco, una. Las que el
destino quiera. Sos capaz de confiar en tu creencia de que sos mejor persona que yo y que merezco morir? Si es asi y tenes razon, me vas a poder ver muerto y sin tener que cargar con el peso de la ley, porque seria un suicidio. Pero si estas equivocado…

- De acuerdo – me dice rapidamente – pero comenzas primero y quiero verte girar la rueda nuevamente! No confio en vos

Sin decirle nada, abro la rueda, la hago girar tres veces y la cierro dando un golpe seco en el aire

- Ya que soy el primero, y te noto tan seguro de vos mismo como yo de mi mismo, voy a dejar el asunto de tu esposa para mas adelante, empiezo- digo dejando el arma en el centro de la mesa y delante de ambos, mientras junto las palmas cruzando los dedos delante de mi barbilla:

Cuando era un nino, tendria 8, 9 años. Vivia con mi hermana, mi madre, mi padre y un gato siames llamado Omi que yo odiaba, Recuerdo que mi Padre me llevo a pescar un domingo, cosa que tambien odiaba. Pero lo hacia porque me gustaba alejarme de la ciudad, viajar en el auto solos, la tranquilidad que habia en el rio aunque mi padre siempre llevara a Omi. Mi padre siempre se preocupaba por la pesca, ponia carnada a su caña y a lamia y las controlaba. Podia estar horas sentado mirando como apenas se movia el rio. Mientras yo jugaba tirando ramitas, tronquitos y lombrices vivas al fuego que prendia para el asado nocturno. Una vez queriendo
molestar a Omi mientras dormia, tome una ramita encendida, me acerque lentamente y puse la ramita sobre su cola, en 5 segundos empezo a prenderse fuego y yo no sabia como controlarlo, el gato se desespero y yo instintivamente lo patee hacia el rio, para apagarle las llamas, y no volvio a salir. Nunca le comente a mi familia lo que habia pasado, hasta llore cuando mi papa decia que no podia encontrarlo ya que nunca se alejaba, aunque por dentro sentia una gran satisfaccion de no ver a ese mugroso gato nunca mas.


-Merezco morir por ese acto? Era solo un nino, que dira el destino? – digo a mi contrincante que me mira con los ojos bien abiertos y sin decir una palabra.

Tomo el arma, la apoyo sobre mi sien, cierro los ojos durante 10 segundos y aprieto lentamente el gatillo…. Click

-Parece que no- digo sin abrir los ojos, y dejando el arma sobre la mesa – tu turno.

Mirandome con desconfianza toma el arma con la mano izquierda y la acerca arrastrandola hacia el.

-Es logico- me dice- Nunca se juzgaria a un nino que todavia no conoce la diferencia entre una travesura y una maldad. Esa historia no es valida! –

-Todas las historias son validas- digo- si son verdaderas, podes contar una de tu niñez si lo deseas.

- Esta bien, aunque lo veo sin sentido ya que nunca hice algo como lo que acabas de contar, este es mi relato: – dice

Cuando era joven. Tambien tendria 8 años. Mi padrastro me envio al almacen a comprar unos viveres. Al llegar a la tienda me gaste el dinero en golosinas, y me fui a comerlas a la plaza, masticando apurado y sin remordimiento por lo que hice. Volvi a casa y le dije a mi padrastro que un companero de escuela que siempre me molestaba me habia robado el dinero. Al escuchar esto, se puso como loco e insistio que le diera el nombre y apellido de mi compañero. Hasta que le dije el nombre de un chico que me caia mal. Mi padrastro llamo por telefono a sus padres y le conto lo sucedido, al colgar me dijo tranquilizandome que no me hiciera problema por el. Que no volveria a molestarme jamas. Yo me puse tan feliz. Mi plan habia salido a la perfeccion, ni el chico supo que yo habia tenido la culpa de los golpes que llevo en su rostro a la escuela el dia siguiente.

Rapidamente y con mucha confianza toma el arma, se apunta y gatilla, convencido de que no dispararia. Y no lo hizo. No menciona mas nada. Solo con su sonrisa desafiante me hace saber que era mi turno. Asi que comienzo mi siguiente confesion:

No recuerdo que edad tenia, pero no llegaba a los 16 años, volvia de la escuela que estaba a 10 cuadras de mi casa, siempre volvia solo, ya que todos mis amigos de clase vivian para el lado contrario de mi barrio. Ya conocia el camino de memoria, el baldio con los arcos de madera, el kiosco del viejo jacinto, cruzar el puente, meterme en el pasaje de tierra, siempre igual. Ese dia llegue a casa y no habia nadie, la puerta estaba cerrada, golpee por media hora y nada. Me sente otra media hora esperando a mis padres hasta que me canse, y fui hacia el puente. Sabia que para llegar a casa pasarian por alli, es la unica entrada al barrio. Me apoye mirando los autos pasar debajo de mi, casi por 10 minutos hasta que me aburri y empece a escupir hacia abajo, tratando de darles a los parabrisas. Al cabo de un rato me desafie a mi mismo de tirar una roca. Sin pensar en las consecuencias lo hice. Lance una piedra del tamano de mi puño a la autopista y pego contra el vidrio de un camion que perdio en control y bajo hacia la banquina volcando. Solo llegue a ver al conductor salir volando por el parabrisas y golpear sobre el asfalto. Mientras corri hacia mi casa asustado, el corazon me latia como nunca. Alli encontre a mi hermana sentada en la puerta esperando a mis padres. Me sente a su lado y nunca comente lo sucedido.

Tomo el arma esta vez la coloco a casi 10 cm. de mi sien y gatillo mas lentamente que la ultima vez, el tambor del arma gira mientras el gatillo se hunde hacia mi. Lo sigo apretando lentamente mientras mi contrincante pone un rostro como si ve una bomba a punto de estallar. Click

Ahora soy yo el que tiene la sonrisa desafiante, y la gota de transpiracion que recorre su mejilla me hace notar su desesperacion, sabe que cada vez quedan menos probabilidades de que le toque un espacio vacio, la bala se hace rogar.

-Quizas ninguno de los dos merezca morir- dice

-Veamos que dice su proxima confesion- le digo con una mirada desafiante.

Tragando saliva, lentamente abre la boca y dice:

Esto sucedio hace unos meses atras. Era verano y hacia mucho calor, mi senora estaba tomando sol en la terraza, y yo sentado en la sombra leyendo el diario. Mientras estaba tirada en maya sobre una toalla mojada tirada en el piso, me contaba chismes que le habian contado en la
peluqueria, a los cuales yo no les prestaba mucha atencion. Solo leia el diario atentamente y movia la cabeza asintiendo lo que ella decia. Cuando veo que de la ventana de enfrente un señor apoyado en su balcon con una pose muy canchera, lentes oscuros, miraba a mi esposa. Me paro con muy mala cara y me paro frente a el. Con la calle de por medio. Al seguir en su postura. le digo. Que miras? Nada… sigue parado mirando fijo a mi señora. Asi que decidi bajar, cruzar la calle y tocar el timbre. Cuando estoy por tocar una señora abre el ascensor y saca las llaves para abrir la puerta principal, deja pasarme. Tomo el mismo ascensor que no habia cerrado la señora, subo hasta el 5 piso y toco el timbre. Al abrir la puerta golpeo instantaneamente al tipo, puñetazos, puntapies en la cara. Mientras el me decia que me lleve lo que quiera, que no le haga daño. Pero lo calle de una patada que lo dejo inconsciente. Y me fui con una cara de satisfaccion de nuevo a mi casa. A la manana siguiente, en la misma situacion del dia anterior, mientras mi mujer me hablaba de cosas sin importancia, leo el titular del diario “Delincuente golpea a persona invidente en su propia casa sin robarle un centavo, posible venganza”. Mire para ambos lados y me fui a sentar al sillon del living. A seguir leyendo tranquilo el diario.

Levantando el arma con la mano izquierda y temblando, noto tambien que la lleva a 10 cm. de su sien, y que media centesima antes de disparar, corre el arma levemente hacia atras, haciendo que pudiera salir ileso. Solo que se escucho el Click de la rueda girar sin ninguna bala.

-Bien- le digo- ahora es cara o cruz, es el momento de ver que tan valiente es cada uno. Y como es mi ultima oportunidad, te voy a contar la verdad que viniste a buscar. Y veremos si es tan malo como dices.

Como te habra contado el detective que contrataste para seguir a tu esposa, y por eso me contactaste para esta cita, hace una semana que tuve sexo con ella, pero nos conocemos desde hace ya 3 años. Se que vas a hacer tus cuentas, y te casaste con ella hace 2. Ya mientras
estaban de novios, nosotros nos veiamos en secreto. Por que se caso contigo si deseaba estar conmigo? Eso se lo debes preguntar a ella. Yo no soy una persona celosa y se que ahora que te enteraste no voy a poder intimar nuevamente con ella. Yo siempre supe de vos. Mas de una vez
estuve bajo tu cama, o escondido en tu placard cuando volvias temprano del trabajo. Hasta debo admitir que sabia que un detective nos estaba siguiendo, espero no te haya salido muy caro ya que no fue nada sutil su investigacion. Y no te sientas mal, ni te sientas el rey de los cornudos,
como estoy con tu esposa, tengo a muchas mas, no me considero un galan. Pero se darles a las mujeres lo que sus maridos o novios no les dan. Que quede claro que si disfrute tener sexo con tu mujer y que no me arrepiento para nada. Y si no te hubieras enterado seguirias siendo otro
marido mas del monton que todavia no conoce bien a su mujer, que no la escucha cuando ella le cuenta los “chismes de peluqueria” como vos le llamas.

- Eso es todo, te parece tan malo? - Digo – merezco morir por eso?

Tomo el arma, abro mi boca y pongo el cano dentro de mi boca… sin cerrar los ojos y mirandolo fijamente aprieto el gatillo…Un suave Click, hace que mi contrincante se pare de repente

-es mi turno!- dice. – Dame el arma!

- solo queda una historia, una sola confesion, y una sola bala – digo –sos lo bastante bueno para saber que te depara el destino o sos lo bastante malvado para usar esa ultima bala en la persona que tu mujer ama?

- dame el arma! Y te mostrare lo valiente que soy! Me dice asustado

Dejo el arma sobre la mesa, me paro y doy un paso atras, me mira como esperando que la vuelva a tomar de golpe y le dispare. Pero me quedo inmovil. Corre hacia la mesa y toma el arma y me apunta en el rostro.

-Un marido mas del monton eh? Vamos a ver si el destino salva a la persona que mi mujer mas ama! – me dice

Tomando el arma con las dos manos. Aprieta el gatillo lentamente, mucho mas lento de lo que yo logre hacerlo en mis oportunidades. En sus ojos veo la ira de un asesino, la tristeza de una persona que esta dispuesta a todo por tener razon y por no quedar como un cornudo ante sus compañeros de bar. Pareciera como si el tiempo se detiene y un segundo se hace una eternidad. Su cara esta inmovil, su cuerpo fijo y lo unico que veo moverse es el gatillo y su odio que me envuelve tomandome desde los hombros y sosteniendome para que no pueda escaparme…Click

Segundos de silencio.. y mas gatillazos, Click, Click, Click, Click, Click

-el arma nunca tuvo balas- digo- espero que hayas aprendido bien el juego. Porque ahora ya tenes una cosa muy mala para contar la proxima vez que lo juegues, y un intento de asesinato, en algunos paises se condena con la muerte, yo te conte cosas muy malas que hice en mi vida. Pero nunca asesine o quise asesinar a alguien a quemarropa.

Dejando caer el arma al suelo, se arrodilla y tapandose la cara comienza a llorar. Me acerco, tomo el arma y la llevo hacia mi habitacion, abro el primer cajon de la comoda, y la coloco debajo de la ropa interior. Cierro el cajon y voy a la mesita de luz al lado de mi cama, saco la bala que compre hoy temprano de mi bolsillo y pienso… 3 dolares me parece muy cara para ser una simple bala, teniendo en cuenta que la caja de balas sale 15 dolares.

Abro el cajoncito de la mesa de luz. Y la suelto dentro junto con algunas balas de mis juegos anteriores

2 comentarios:

  1. Que conchudo!!!!
    No tenia balas!!
    Me mate leyendo para enterarme que no tenia balaaaaaaaaassss!!!!
    Muy feo lo del gato, pobrecito.
    Excelente otra vez,besote
    (ahh, al final la otra vez me olvide de darte mi/ pedirte tu telefono jajaja)

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  2. Guaaauu!!!Queria que alguien muera, se lo merecian los dos!jaja. Muy bueno
    Saludos!!
    Aniram:)

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