Este cuento es viejito, lo hice con una amiga a medias, y ella le dio este final (que no va mucho conmigo) el que haya leido alguna otra cosa mía sabrá porqué... igual esta bueno si lo leen...
Donde esta el tunel oscuro con el destello de luz al final? Ni siquiera demonios o figuras extrañas que me arrastren hacia las tinieblas. Esto no es un sueño, no podria serlo.
La gran pregunta de la humanidad: que pasa al final de la vida. Esta es la respuesta? Todo sigue siendo igual; nada cambio, solo algunos detalles. No recuerdo nada… tal vez ahora la gran pregunta seria, estuve vivo alguna vez o todo fue una triste ilusion? O peor aun, estoy vivo ahora, o sigue siendo parte de la misma ilusion?
Se que estoy acostado -pense- aunque no pueda sentir el piso debajo mio.
Pero puedo ver el cielo desde una perspectiva que solo puede verse estando tirado sobre el suelo. Y puedo verlo nitidamente a pesar de tener ambos ojos cerrados.
Seria mejor pararme y abrirlos... Lo hice.
Al estar parado en una calle de adoquines, en una aparente mañana de otoño - aparente porque no consigo distinguir si el clima es frio o calido - la calle no tiene veredas; a mis lados solo hay casas antiguas. En la esquinase ve a un chico jugando con una pelota, concentrado, haciendola rebotarcontra un muro y esperando a que vuelva, sin demostrar mucho entusiasmo.
Mientras camino hacia el intento recordar algo, cualquier cosa insignificante que pueda hacerme entender como llegue a este lugar.
Me paro al lado del chico mirandolo, pero me ignora. Sigue pateando tratando de que la pelota pegue siempre en el mismo lugar de la pared, asi vuelve directamente a el, y parece lograrlo ya que nunca da mas de un paso en diagonal para volver a rematarla.
Desde una casa veo salir a una señora algo robusta de pelo corto y extremadamente maquillada, con un vestido celeste y una cartera. Le hace señas al chico llamandolo y este se desconcentra un segundo y patea la pelota un poco mas fuerte, haciendo que rebote en un punto mas alto del muro, vuelva a rebotar en la calle, y atravesandome golpea contra la pared de enfrente.
Me quede estatico sin poder creerlo, esa pelota me atraveso o paso muy cerca y no lo note? No senti que me haya rozado ni mucho menos que me haya tocado.
Cuando me recupere. El niño, la pelota y la senora ya no estaban.
-Que esta pasando? – exclame- aunque no oi mis palabras mas que en mi mente, me quede un segundo mudo y luego empece a gritar pero sin hacer ni un sonido: como si fuera una pelicula muda.
Grite mas y mas fuerte hasta notar que era en vano, sin pensarlo corri hacia el muro mirando fijamente la marca que habia dejado la pelota que paso a traves de mi.
Me golpee fuertemente contra el muro y cai sentado en el piso, tomandome instintivamente el rostro a pesar de no haber sentido ningun dolor con el golpe.
Rapidamente me levanto y miro para todos lados, muy avergonzado tratando de que nadie haya visto la estupidez que acabo de hacer, pero a la vez muy asustando de no entender lo que sucede.
Cierro los ojos y me toco los parpados para ver si realmente estan cerrados, ya que puedo seguir viendo. Me tapo con ambas manos el rostro y trato de recordar lo ultimo que habia hecho antes de aparecer en esa calle.
Siento un fuerte golpe, veo en mi mente una vereda y rapidamente comienzo a elevarme, mas y mas alto a una gran velocidad. Saco mis manos del rostro y estoy sobre un edificio, parado en el borde del mismo.
Miro hacia abajo y puedo ver la calle; doy un salto hacia atras y me siento en el piso respirando agitadamente. Despues de unos minutos de estar sentado, me calmo y sin saber que fue lo que paso, tomo el ascensor para bajar del edificio. Al abrirse las puertas me encuentro con Fernando.
-Fernando! Me acaba de pasar algo terrible! - clamo
Pero sin notar mi presencia, sube al ascensor, y pulsa el boton del 4to piso.
-Fernando!! - grito.
En mi exaltacion no habia notado que todavia seguia sin poder emitir sonidos. Empiezo a darme cuenta que, en conclusion, tampoco puedo ser visto.
“No puedo estar muerto”, pense. Sentandome en una esquina del pequeño ascensor, sigo sin poder creer los que la razon me exclama.
-Meditalo bien-, me digo a mi mismo, mientras Fernando se baja del ascensor y las puertas se cierran dejandome solo.
-Nadie puede escucharme, ni verme. Pero yo se que existo porque estoy fisicamente sentado en un ascensor, y pude abrir la puerta y tocar los botones para descender a planta baja: eso quiere decir que no soy un fantasma - aunque mi conocimiento sobre la muerte y lo fantasmal se relaciona a lo que vi en peliculas de terror. Asi que no podia estar seguro de nada.
Me vuelvo a incorporar y vuelvo a presionar el boton de la plata baja. El ascensor comienza a descender y pienso que en toda la gente que se esfuerza en vano sin saber que van a terminar como yo, pero de pronto empiezo a darme cuenta de mis ventajas. Las cosas que puedo hacer sin que nadie me escuche ni me vea, los lugares a donde puedo entrar. Tal vez no es lo que me esperaba, pero debido a las circunstancias en que me encuentro, no tengo mas remedio que utilizar mi situacion para lo que mas provechoso me resulte; o al menos hacer de la eternidad algo mas aceptable.
Vagando sin rumbo por calles atestadas de personas (esos entes que se mantienen ocupadas en cumplir sus horarios, en ganarse sus sueldos, pagar sus deudas y conseguir energias para volver a empezar), observando, analizando; o simplemente parado en medio de una autopista viendo los autos pasar por horas y horas. Monotonamente intento adueñarme de mi eternidad. Sin importar a donde vaya, sin importar lo que haga, estare atrapado en esta dimension, especie de mundo paralelo, reduciendome a un mero espectador. Quien hubiera pensado que parte del plan divino era, despues de creernos toda la vida lo de aquel "mundo mejor" del otro lado de un tunel iluminado en su final, una especie de treta, donde en vez de reencontrarnos con seres queridos ya fallecidos (y esperar a quienes tarde o temprano se unan a nosotros), solo nos quedaba sentarnos y ver otras vidas pasar.
Mientras pienso en estas cinicas criticas a la vida, el mundo, la eternidad y la maldicion de la muerte; sintiendome estafado por el universo y la religion, empiezo a notar una luz intensa que recubre todo lo que me rodea.
Lentamente el paisaje se desvanece frente a mi mirada curiosa, temerosa y expectante, y empiezo a divisar algo completamente diferente. Que es, no puedo describir. Seguramente se despliega ante mis ojos lo mas maravilloso que cualquier mortal pueda ver jamas. Las palabras no alcanzan para pintar el paisaje frente a mi; ninguna obra de arte en la tierra jamas sera siquiera parecida a la belleza celestial que fervientemente admiro.
Finalmente comprendo: todo lo que me sucedio, estar atrapado entre la vida y la muerte, viendola como una obra de teatro en donde un muerto ya no puede actuar, no fue mas que una prueba. Comprendo que, como siempre fui un hombre poco reflexivo, este momento fue una especie de purgatorio donde pude llevar mi alma y mente a un lugar mas alla de lo que pude ser en vida. Una vez que logre cuestionar, razonar, y por sobre todas las cosas, necesitar saber que sucederia despues; en el momento en que no acepte mi realidad y busque mas alla de lo evidente, entonces sucedio:
pude pasar a aquel tan esperado y comentado otro lugar. Es alli donde me encuentro, donde la eternidad se torna una delicia, el lugar a donde todos desean ir. No caben palabras para que pueda explicar donde me encuentro, tomese como el perfecto pretexto por lo que nadie nunca se lo pudo explicar o mostrar. Pero no hay que preocuparse, porque sin que uno lo espere llega. Solamente hay que saber disfrutar de la vida terrenal, para luego, cuando la eternidad nos alcance, tengamos la sabiduria para desafiarla... replantearse la realidad y luego asi, de pronto nos encontramos en el lugar exacto que merecemos. Si quiere, llamele Paraiso; yo deboahora llamarlo Hogar.
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